Lecturas del domingo, 14 de noviembre de 2021


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del domingo, 14 de noviembre de 2021

Primera lectura del domingo, 14 de noviembre de 2021

Lectura de la profecía de Daniel 12, 1-3

Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán
tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.
Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.
Muchos de los que duermen en el polvo despertarán:
unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua.
Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la
justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.

Salmo responsorial del domingo, 14 de noviembre de 2021

Salmo responsorial Sal 15, 5 y 8. 9-10.11

R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;mi suerte está en tu mano. Tengo
siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa
serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la
corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de
alegría perpetua a tu derecha. R.

Segunda lectura del domingo, 14 de noviembre de 2021

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-14.18

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas
veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio;está
sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos
sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo
consagrados.
Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.

Evangelio del domingo, 14 de noviembre de 2021

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la
luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearan.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y
majestad;enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de
horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y
brotan las yemas, deducís que el verano está cerca;pues cuando veáis vosotros
suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta
generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no
pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo
el Padre.»