Lecturas del viernes, 15 de octubre de 2021


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del viernes, 15 de octubre de 2021

Primera lectura del viernes, 15 de octubre de 2021

Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6

El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud;lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia;apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará;lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea;lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria;alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.

Salmo responsorial del viernes, 15 de octubre de 2021

Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19 (R.: Sal 21, 23)

R. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad. R.
El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los
ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los
seres divinos? R.
Dios es temible en el consejo de los ángeles, es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú? El poder y la fidelidad te rodean. R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;tu
nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R.
Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el
Señor es nuestro escudo, y el Santo de Israel nuestro rey. R.

Evangelio del viernes, 15 de octubre de 2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. - Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»