Lecturas del martes, 28 de septiembre de 2021


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del martes, 28 de septiembre de 2021

Primera lectura del martes, 28 de septiembre de 2021

Lectura del Profeta Zacarías 8, 20-23

Así dice el Señor de los Ejércitos: Todavía vendrán pueblos y habitantes de grandes
ciudades, y los de una ciudad Irán a otra diciendo: Vayamos a implorar al Señor,
a consultar al Señor de los Ejércitos.
Yo también voy contigo.
Y vendrán pueblos incontables y numerosas naciones a consultar al Señor de los
Ejércitos en Jerusalén y a implorar su protección.
Así dice el Señor de los Ejércitos: Aquel día diez hombres de cada lengua extranjera
agarrarán a un judío por la orla del manto, diciendo: Queremos ir con vosotros,
pues hemos oído que Dios está con vosotros.

Salmo responsorial del martes, 28 de septiembre de 2021

Salmo responsorial Sal 86, 1-3. 4-5. 6-7.

V. Dios está con nosotros.
R. Dios está con nosotros.
V. El la ha cimentado sobre el monte santo: y el Señor prefiere las puertas de
Sión a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios ! . R.
V. «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles;filisteos, tirios y etíopes han
nacido allí».
Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella: el Altísimo en persona la ha
fundado». R.
V. El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti». R.

Evangelio del martes, 28 de septiembre de 2021

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-56

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión
de ir a Jerusalén.
Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que
mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos? El se volvió y les regañó, y
dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a
perder a los hombres, sino a salvarlos.
Y se marcharon a otra aldea.