Lecturas del lunes, 24 de mayo de 2021


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del lunes, 24 de mayo de 2021

Primera lectura del lunes, 24 de mayo de 2021

Lectura del libro del Eclesiástico 17, 20- 28

A los que se arrepienten Dios los deja volver, y reanima a los que pierden la
paciencia.
Vuelve al Señor, abandona el pecado, suplica en su presencia y disminuye tus
faltas;
retorna al Altísimo, aléjate de la injusticia y detesta de corazón la idolatría.
En el Abismo, ¿quién alaba al Señor como los vivos que le dan gracias ?
El muerto como si no existiera deja de alabarlo, el que está vivo y sano alaba al
Señor.
¡Qué grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que vuelven a él!

Salmo responsorial del lunes, 24 de mayo de 2021

Salmo responsorial Sal 31, 1-2. 5. 6. 7

V. Alegraos, justos, y gozad en el Señor.
R. Alegraos, justos, y gozad en el Señor.
V. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito, y en cuyo espíritu no
hay fraude. R.
Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito;propuse: «Confesaré al
Señor mi culpa» , y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.
V. Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de
las aguas caudalosas no lo alcanzará. R.
V. Tú, eres mi refugio: me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación.

Evangelio del lunes, 24 de mayo de 2021

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se
arrodilló y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.
Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.
El replicó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que
tienes, dale el dinero a los pobres─así tendrás un tesoro en el cielo─, y luego
sígueme.
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos
entrar en el Reino de Dios ! Los discípulos se extrañaron de estas palabras.
Jesús añadió: Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su
confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja,
que a un rico entrar en el Reino de Dios.
Ellos se espantaron y comentaban: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les
quedó mirando y les dijo: Es imposible para los hombres, no para Dios.
Dios lo puede todo.