Lecturas del miércoles, 25 de noviembre de 2020


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del miércoles, 25 de noviembre de 2020

Primera lectura del miércoles, 25 de noviembre de 2020

Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4

Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: Siete ángeles que
llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin a la ira de Dios.
Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego;en la orilla estaban de pie los que
habían vencido a la bestia, a su imagen y al número que es cifra de su nombre;
tenían en la mano las arpas que Dios les había dado.
Cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo;justos y
verdaderos tus caminos, rey de las naciones.
¿Quién no te respetará? , ¿quién no dará gloria a tu nombre, si tú solo eres santo?
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justas sentencias
han quedado manifiestas».

Salmo responsorial del miércoles, 25 de noviembre de 2020

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 7-8. 9.

V. Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo.
R. Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo.
V. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le
ha dado la victoria, su santo brazo. R.
V. El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor
de la casa de Israel. R.
V. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan;aplaudan los
ríos, aclamen los montes. R.
V. Ante el Señor que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud.

Evangelio del miércoles, 25 de noviembre de 2020

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os echarán mano, os perseguirán,
entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y
gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y
sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario
vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y
matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas.