Lecturas del domingo, 08 de noviembre de 2020


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del domingo, 08 de noviembre de 2020

Primera lectura del domingo, 08 de noviembre de 2020

Lectura del Libro de la Sabiduría 6, 13-17

Radiante e inmarcesible es la sabiduría;fácilmente la ven los que la aman y la
encuentran los que la buscan.
Se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
Quien temprano la busca no se fatigará, pues a su puerta la hallará sentada.
Pensar en ella es prudencia consumada, y quien vela por ella, pronto se verá sin
afanes.
Ella misma busca por todas partes a los que son dignos de ella;en los caminos se les
muestra benévola y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.

Salmo responsorial del domingo, 08 de noviembre de 2020

Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8

V. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Segunda lectura del domingo, 08 de noviembre de 2020

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 12-17

Hermanos:
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los
hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han
muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
[Esto es lo que os decimos como Palabra del Señor:
Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los
difuntos.
Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina,
descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.
Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al
encuentro del Señor, en el aire.
Y así estaremos siempre con el Señor.
Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.]

Evangelio del domingo, 08 de noviembre de 2020

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: —El Reino de los Cielos se
parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite;en cambio, las sensatas se
llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!»
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus
lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
—«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.»
Pero las sensatas contestaron:
—«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la
tienda y os lo compréis.»
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Mas tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos.»
Pero él respondió:
«Os lo aseguro: no os conozco.»
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.