Lecturas del jueves, 31 de octubre de 2019


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del jueves, 31 de octubre de 2019

Primera lectura del jueves, 31 de octubre de 2019

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 31b-39

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros ? El que no perdonó a su
propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará
todo con él ? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios ? Dios es el que justifica.
¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la
derecha de Dios, y que intercede por nosotros ? ¿Quién podrá apartarnos del
amor de Cristo?;¿la aflicción? , ¿la angustia? , ¿la persecución? , ¿el hambre? , ¿la
desnudez? , ¿el peligro? , ¿la espada? , como dice la Escritura: «Por tu causa nos
degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza».
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni
presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna,
podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Salmo responsorial del jueves, 31 de octubre de 2019

Salmo responsorial Sal 108, 21-22. 26-27. 30-31

V. Sálvame, Señor, por tu bondad.
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
V. Tú, Señor, trátame bien, por tu nombre, líbrame con la ternura de tu bondad;
que yo soy un pobre desvalido, y llevo dentro el corazón traspasado. R.
Socórreme, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Reconozcan que aquí
está tu mano, que eres tú, Señor, quien lo ha hecho. R.
V. Yo daré gracias al Señor con voz potente, lo alabaré en medio de la multitud:
porque se puso a la derecha del pobre, para salvar su vida de los jueces. R.

Evangelio del jueves, 31 de octubre de 2019

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 31-35

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: Márchate de aquí, porque
Herodes quiere matarte.
El contestó: Id a decirle a ese zorro: «Hoy y mañana seguiré curando y echando
demonios;pasado mañana llego a mi término».
Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta
muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos
bajo las alas ! Pero no habéis querido.
Vuestra casa se os quedará vacía.
Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: «Bendito el que viene
en nombre del Señor