Lecturas del jueves, 28 de febrero de 2019


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del jueves, 28 de febrero de 2019

Primera lectura del jueves, 28 de febrero de 2019

Lectura del libro del Eclesiástico 5, 1-10

No confíes en tus riquezas ni digas: «Soy poderoso»;
no confíes en tus fuerzas
para seguir tus caminos;no sigas tus antojos y codicias ni camines según tus
pasiones.
No digas: ¿quién me podrá? , porque el Señor te exigirá cuentas;no digas: «he
pecado y nada malo me ha sucedido» , porque él es un Dios paciente;no digas:
«el Señor es compasivo y borrará todas mis culpas».
No te fíes de su perdón para añadir culpas a culpas, pensando: «es grande su
compasión y perdonará mis muchas culpas»;porque tiene compasión y cólera, y
su ira recae sobre los malvados.
No tardes en volverte a él ni des largas de un día para otro;porque su furor brota
de repente, y el día de la venganza perecerás.
No confíes en riquezas injustas, que no te servirán el día de la ira.

Salmo responsorial del jueves, 28 de febrero de 2019

Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6

V. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
V. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos;ni entra por la senda
de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos.
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.
V. Será como un árbol
¡plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón,
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.
V. No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba
mal. R.

Evangelio del jueves, 28 de febrero de 2019

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 40-49

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que os dé a beber un vaso de agua,
porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le
encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las
dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado
con los dos pies al abismo.
Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que
ser echado con los dos ojos al abismo, donde el gusano no muere y el fuego no se
apaga.
Todos serán salados a fuego.
Buena es la sal;pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis ? Repartíos la sal
y vivid en paz unos con otros.