Lecturas del miércoles, 31 de octubre de 2018


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del miércoles, 31 de octubre de 2018

Primera lectura del miércoles, 31 de octubre de 2018

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 6, 1-9

Hijos, obedeced a vuestros padres como el Señor quiere, porque eso es justo.
«Honra a tu padre y a tu madre » es el primer mandamiento al que se añade una
promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra».
Padres, vosotros no exasperéis a vuestros hijos;criadlos educándolos y
corrigiéndolos como haría el Señor.
Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con profundo respeto, de todo
corazón, como a Cristo.
No por las apariencias, para quedar bien, sino como esclavos de Cristo que hacen lo
que Dios quiere;con toda el alma, de buena gana, como quien sirve al Señor y no
a hombres.
Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor.
Amos, correspondedles dejándoos de amenazas;sabéis que ellos y vosotros tenéis
un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie.

Salmo responsorial del miércoles, 31 de octubre de 2018

Salmo responsorial Sal 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-14

V. El Señor es fiel a sus palabras.
R. El Señor es fiel a sus palabras.
V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
V. Que expliquen tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
V. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan.

Evangelio del miércoles, 31 de octubre de 2018

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas
enseñando.
Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en
entrar por la puerta estrecha.
Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y
llamaréis a la puerta diciendo.
«Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado
en nuestras plazas».
Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y
Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el
Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.