Lecturas del domingo, 21 de octubre de 2018


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del domingo, 21 de octubre de 2018

Primera lectura del domingo, 21 de octubre de 2018

Lectura del libro de Isaías 53, 10-11

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación:
verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su
mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

Salmo responsorial del domingo, 21 de octubre de 2018

Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22

R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales;él ama la
justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de
hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

Segunda lectura del domingo, 21 de octubre de 2018

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16

Hermanos:
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande,
que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras
debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos
en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Evangelio del domingo, 21 de octubre de 2018

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
—«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó:
—«¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
—«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó:
—«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
—«Lo somos.»
Jesús les dijo:
-«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bauatizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo;está ya reservado.»
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo:
—«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.
Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor;y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»