Lecturas del martes, 29 de mayo de 2018


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del martes, 29 de mayo de 2018

Primera lectura del martes, 29 de mayo de 2018

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 1, 10-16

Queridos hermanos: La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los
profetas, los que predecían la gracia destinada a vosotros.
El Espíritu de Cristo que estaba en ellos les declaraba por anticipado los
sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría;ellos indagaron para cuándo y
para qué circunstancia lo indicaba el Espíritu.
Se les reveló que aquello de que trataban no era para su tiempo, sino para el
vuestro.
Y ahora se os anuncia por medio de predicadores que os han traído el Evangelio
con la fuerza del Espíritu enviado del cielo.
Son cosas que los ángeles ansían penetrar.
Por eso, estad interiormente preparados para la acción, controlándoos bien, a la
expectativa del don que os va a traer la revelación de Jesucristo.
Como hijos obedientes, no os amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los
días de vuestra ignorancia.
El que os llamó es santo;como él, sed también vosotros santos en toda vuestra
conducta, porque dice la Escritura: «Seréis santos, porque yo soy santo».

Salmo responsorial del martes, 29 de mayo de 2018

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 3c-4

V. El Señor da a conocer su victoria.
R. El Señor da a conocer su victoria.
V. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le
ha dado la victoria, su santo brazo. R.
V. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de
su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
V. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R.

Evangelio del martes, 29 de mayo de 2018

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya ves que nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido.
Jesús dijo: Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o
padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo,
cien veces más─casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con
persecuciones─, y en la edad futura, vida eterna.
Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.