Rincón de la Fe » Lecturas » Lecturas del martes, 13 de septiembre de 2016Lecturas del martes, 13 de septiembre de 2016 Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del martes, 13 de septiembre de 2016 lunes 12 de septiembre miércoles 14 de septiembre Primera lectura del martes, 13 de septiembre de 2016 1 Cor 12, 12-14. 27-31 Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Aspiren a los dones de Dios más excelentes. Salmo Responsorial del martes, 13 de septiembre de 2016 Salmo 99, 2. 3. 4. 5 R. (3c) Sirvamos al Señor con alegría. Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su presencia. R. Sirvamos al Señor con alegría. Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R. Sirvamos al Señor con alegría. Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo. R. Sirvamos al Señor con alegría. Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es terna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R. Sirvamos al Señor con alegría. Evangelio del martes, 13 de septiembre de 2016 Lc 7, 11-17 En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: "No llores". Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: "Joven, yo te lo mando: Levántate". Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo". La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas. lunes 12 de septiembre miércoles 14 de septiembre