Lecturas del jueves, 07 de noviembre de 2019


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del jueves, 07 de noviembre de 2019

Primera lectura del jueves, 07 de noviembre de 2019

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 14, 7-12

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí
mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor;si morimos, morimos para el Señor;en la vida y
en la muerte somos del Señor.
Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.
Tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? Y tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Todos
compareceremos ante el tribunal de Dios, porque está escrito: «Por mi vida, dice
el Señor, ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua».
Por eso, cada uno dará cuenta a Dios de sí mismo.

Salmo responsorial del jueves, 07 de noviembre de 2019

Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14

V. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
V. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré ? El Señor es la defensa de
mi vida, ¿quién me hará temblar? . R.
V. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días
de mi vida;gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. R.
V. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

Evangelio del jueves, 07 de noviembre de 2019

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
Ese acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una,
¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la
encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento;
y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme! ,
he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y
barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra,
reúne a las amigas y vecinas para decirles: |¡Felicitadme! , he encontrado la
moneda que se me había perdido.
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador
que se convierta.