Lecturas del jueves, 24 de mayo de 2018


Aquí podrás encontrar el Evangelio, el Salmo responsorial y las Lecturas del jueves, 24 de mayo de 2018

Primera lectura del jueves, 24 de mayo de 2018

Lectura de la carta del Apóstol Santiago 5, 1-6

Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado.
Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados.
Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un
testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego.
¡Habéis amontonado riqueza precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal
defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando
contra vosotros;y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor
de los ejércitos.
Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer.
Os habéis cebado para el día de la matanza.
Condenasteis y matasteis al justo;él no os resiste.

Salmo responsorial del jueves, 24 de mayo de 2018

Salmo responsorial Sal 48, 14-15ab. 15cd-16. 17-18. 19-20

V. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
R. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
V. Este es el camino de los confiados, el destino de los hombres satisfechos: son
un rebaño para el abismo, la muerte es su pastor. R.
V. Bajan derechos a la tumba;se desvanece su figura, y el Abismo es su casa.
Pero a mí Dios me salva, me saca de las garras del Abismo y me lleva consigo. R.
No te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él. R.
V. Aunque en vida se felicitaba: «Ponderan lo bien que lo pasas» , irá a reunirse
con sus antepasados, que no verán nunca la luz. R.

Evangelio del jueves, 24 de mayo de 2018

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 40-49

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que os dé a beber un vaso de agua,
porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le
encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las
dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado
con los dos pies al abismo.
Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que
ser echado con los dos ojos al abismo, donde el gusano no muere y el fuego no se
apaga.
Todos serán salados a fuego.
Buena es la sal;pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis ? Repartíos la sal
y vivid en paz unos con otros.