Oración de emergencia al Sagrado Corazón de Jesús

¿Cómo rezar esta oración?
Después de rezar esta oración al Sagrado Corazón de Jesús deberás orar un Padre Nuestro, una Ave María, y un Gloria al Padre.

Con las oraciones cristianas tienes un mundo de posibilidades para pedir a los Santos que intercedan por ti. Gracias a la oración al Sagrado Corazón de Jesús tenemos la oportunidad de solicitar su defensa pero sobre todo es una forma perfecta para agradecerle todo lo que ha hecho por la humanidad.

Además, podemos rogarle en las situaciones más complicadas que atravesamos mediante la oración de emergencia al Sagrado Corazón de Jesús para que escuche nuestras palabras y nos ampare. No importa cuál sea el motivo, pues el siempre está dispuesto a escucharnos y su bondad culmina en la Preciosa Sangre de Cristo para que nos acerque a la armonía que reina en su corazón.

Oración al Sagrado Corazón de Jesús de Emergencia

Letra de la Oración de emergencia al Sagrado Corazón de Jesús

A continuación encontrarás disponible la letra de la oración de emergencia al Sagrado Corazón de Jesús para que puedas añadirla en tus momentos de reflexiones cristianas. Recuerda que si lo deseas también puedes hacer uso de la oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad y garantizarte que se cumplan todas tus necesidades para colmarte de las bendiciones del Señor.


Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido.

Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón.

Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón. Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón.

Le elijo por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.