Oración a San Alejo

Las oraciones cristianas contienen todas la gracia divina del Señor, lo que las convierte en un fantástico recurso para nuestros momentos de reflexión cristiana. El trabajo y el fervor de los Santos se traslada en cada una de estas oraciones para que se sean nuestro gran apoyo.

En particular, San Alejo, fue un Santo que abandonó a su esposa en plena juventud así como a toda su familia siendo uno de los grandes patricios romanos. Su sacrificio se debió para todos los pobre y mendigos a quienes repartió toda su riqueza. Por eso, su labor está recogida en la oración a San Alejo, un ejemplo de bondad y sacrificio para el bien de toda la humanidad y que como cristianos deberíamos tomar ejemplo.
Oración Cristiana a San Alejo

Letra de la oración a San Alejo

Descubre a continuación esta oración cristiana a San Alejo que recoge todo el milagro de su vida. Inspírate en su figura a imagen y semejanza para dar a conocer su labora y sobre todo con su forma especial para concebir el universo.

¡Oh gloria de la nobleza romana y verdadero amador
de la pobreza e ignominia de Cristo!
¡Oh Alejo bendito! que en la flor de tu juventud,
por obedecer a la inspiración del Señor,
dejaste a tu esposa y saliste como otro Abraham
de la casa de tus padres, y habiendo repartido lo que llevabas con los pobres,
viviste como pobre y mendigo tantos años desconocido y menospreciado entre los hombres.
Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María
nuestra Reina y señora, y huyendo de las alabanzas de los hombres,
volviste por instinto de Dios a la casa de tus padres


que por su voluntad habías dejado,
para darnos ejemplo de humildad, de paciencia, de sufrimiento y constancia,
y para triunfar de ti y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.

Pues, ¡oh santo bienaventurado!
rico y pobre, noble y humilde, casado y puro,
llorado de tus padres, denostado de tus criados,
desestimado de los hombres y honrado de los ángeles,
abatido en el suelo y sublimado en el cielo,
yo te suplico, Alejo dulcísimo,
que por tus merecimientos y oraciones
yo alcance del Señor la virtud de la perfecta castidad,
de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias,
y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria,
y desconocido y muerto al mundo.
Amén.